Entrevista a Meg Medina, Embajadora Nacional de Literatura Infantil y Juvenil

Created October 13, 2023 by Ale Díaz Bouza

633892.jpg
Spain

Meg Medina es una fuerza de la naturaleza. Siendo ya una popular autora cubanoamericana de libros para todas las edades en el género infanto-juvenil, en enero del 2023 fue nombrada, por la Biblioteca del Congreso estadounidense, la octava embajadora nacional de literatura para jóvenes. Compartió su proceso de escritura y sus retos y ofreció consejos durante una entrevista a SCBWI.

SCBWI:¿Cómo empezaste a escribir?

MM: Lo intenté todo antes de convertirme en escritora. Nadie en mi entorno lo era. Mi familia era muy práctica. Querían que tuviera un trabajo con seguro médico o algo que entendieran: oficios como la enseñanza o el servicio de teleoperadores. Pero si mencionabas algo como artista, escritor, bailarina, creo que se asustaban. Era gente que tenía dificultades para pagar el alquiler, el seguro… esas cosas. 

Así que me convertí en escritora a edad tardía (según la tendencia actual). Tenía cuarenta años. Había ejercido de profesora durante diez años. Había vendido mobiliario. Había sido escritora de encargo y becas. Fui periodista autónoma. ¡Todo eso hice antes de encontrarme!

Y era buena en esas tareas. Disfrutaba la enseñanza. Me encantaba mi alumnado. Fue duro dejarlo cuando llegó la hora y tuve a mis hijos. Pero lo más importante es que quería empezar a escribir.

A los cuarenta, hice un balance dramático de mi trabajo. Estaba en un cuchitril transformado en oficina, recaudando dinero para una escuela de alumnado con discapacidades a la que asistía mi hija. Era un gran trabajo con un propósito magnífico y se me daba bien. Pero no me llenaba. Así que lo dejé. Me dije: «Voy a escribir una novela» y eso es lo que hice.

Ahora bien, ¿recomiendo que la gente haga esto? ¡No!

Tuve la ventaja de estar casada con una persona que dijo: «Vale, tómate un año. Veamos si puedes hacerlo». Así que no tuve que hacerlo sola sin medios de subsistencia ni nada semejante. Pero la experiencia me confirmó que si realmente lo deseas, si realmente tu destino es escribir, aunque intentes todos los oficios imaginables, esa sensación de plenitud, de estar donde debes estar, no llegará hasta que te dediques a la escritura.

Así que estoy muy agradecida de que funcionara porque habría sido un proceso largo y duro si hubiera tenido que dedicarme a otras cosas.


SCBWI: ¿Crees que habrías podido seguir otra carrera creativa que no fuera la escritura?

MM: Mi naturaleza es la que es así que no soy bailarina. ¡Pero adoro la danza! En mis sueños me habría encantado ser bailarina.

También pienso que desarrollé mis diferentes oficios con mucha creatividad. Cuando era profesora, realmente era muy práctica. Tenía una de esas clases ruidosas y desordenadas con estudiantes y proyectos por todas partes. Soy así. Disfruto la energía. Me gusta traspasar los límites. Me gusta cuestionar las cosas. Me gusta reír. Me gusta inventar. Y adoro a la gente joven así que siempre han estado de alguna manera en mi vida. Por lo tanto, sí, probablemente habría seguido una carrera creativa.


SCBWI: ¿Cómo eliges los temas en los que centras tus obras? ¿Crees que «esto es lo que un niño necesita leer ahora mismo»? O «¿esto es lo que me hubiera encantado leer cuando era niño?»

MM: ¡Creo que la respuesta siempre es diferente según los escritores! La gente llega a esto de diversas maneras. Yo lo baso en el concepto denominado «clave» que en la música cubana es el ritmo subyacente. Es un verdadero ritmo. No cambia por muchos instrumentos y voces que le pongas. Ese ritmo siempre permanece.

Así que mi «clave» como escritora siempre ha sido «niñas creciendo», «cultura» y «familia»: ¿dónde conectan esos aspectos? Me planteo esa pregunta una y otra vez en diferentes contextos de edad, experiencias o períodos de tiempo. Pero siempre estoy luchando por esa conexión.

Puede haber gente que contemple este peligro: ¿empiezas a repetirte?, ¿cuentas siempre la misma historia? Creo que ahí es donde entra en juego la diferenciación. ¿Cómo vemos el mundo a distintas edades? Cuando escribimos desde una mirada distinta para una audiencia diferente, ¿qué es lo novedoso?

A medida que crezco como autora, pienso en la madurez y en las transformaciones. Entonces encuentro sentido a las experiencias vividas. Surgen nuevas preguntas que ni me planteé hace cinco años.

Los libros que escribí en 2008 son diferentes de los libros que escribiré en 2023. Y eso se debe a que las preguntas que tengo sobre ser un ser humano, sobre la infancia y sobre crecer siempre están evolucionando.


SCBWI: ¿En qué trabajar ahora? ¿Qué tipos de temas están en primer plano en tu mente?

MM: Acabo de terminar un manuscrito en el que estoy trabajando con mi editor y que nos entusiasma a ambos. Lo comencé en 2010. Se centra mucho en la muerte y la vida. Todos los personajes están muertos, pero en su muerte piensan en quiénes eran cuando estaban vivos y qué significa estar vivo. Y por qué importa. Es una fantasía y una aventura muy diferente de lo que suelo escribir (que es el realismo contemporáneo).

La serie Merci Suárez también trata sobre la muerte de su abuelo. Entonces es cuando me pregunto: ¿por qué este tema en este momento? Bueno, han sucedido cosas desde 2013: perdí a mi mamá. Perdí a mi tía. Perdí a los mayores de mi familia. Esa situación me ha convertido en la mayor de la familia. Soy la guardiana de nuestro patrimonio cultural y cosas así. Por eso creo que los escritores nunca están lejos de sus experiencias vitales.

Ahora bien, no voy a escribir libros infantiles sobre la muerte de mi madre. Estoy escribiendo sobre las cosas que me pregunto considerando lo que eso significa para personas de once o doce años. ¿Cómo ven y experimentan esos conceptos? Los niños y niñas son testigos de todo. No están aislados de nada en este mundo. Estoy explorando lo que me pregunto al mismo tiempo que pienso en su punto de vista.

También estoy tratando de experimentar y no escribir lo que sé que ya puedo escribir. Quiero probar cosas nuevas y asustarme. Ahora digo eso y luego, cuando me pongo, pienso: ¿qué he hecho?, ¿por qué no me quedé en mi zona de confort e hice lo que sé hacer? Sin embargo, el hecho de ponerse en la cuerda floja y comprobar lo que eres capaz de hacer tiene una cierta belleza artística. Sacúdete un poco. Espero que eso sea lo que estoy haciendo. Al final, serán los lectores los que opinen si funciona o no.


SCBWI: ¿Cuál ha sido uno de tus libros con más desafíos?

MM: El libro fue La chica que podía silenciar el viento (The Girl Who Could Silence the Wind). ¡En mi mente, también lo llamé El libro que casi mató a Meg Medina porque tuve que aprender mucho sobre escritura durante el proceso!

Soy afortunada de que muchos de mis libros hayan amortizado el anticipo a cuenta de las regalías. Este todavía no. Se publicó hace mucho tiempo. Seguramente nunca lo hará. Y tuve que escribir ese libro muchas veces. No le gustaba a mi agente. Se lo di a mi editora. No pujó por él. Me dijo, «Trabajemos en él un poco más pero sin garantía de un contrato o pago». Tuve que luchar con el condenado y analizar la escritura de cabo a rabo. ¿Quién es el personaje principal y quién no lo es? Fue un verdadero reto escribirlo.

Cuando terminé ese libro, me encantó. Todavía lo adoro. A la gente que le gusta, le gusta realmente, lo cual es interesante. La gente que conecta con ese libro termina adorándolo. Disfruta de ese sentimiento leve, como suspendido en el tiempo.

Pero a mi me gusta principalmente porque sufrí una sensación muy incómoda como escritora. Pasé largas horas con un sentimiento de fracaso y de no llegar a la meta. Me enfrenté a su salida con preocupación. ¿Cómo iba a ser recibido? Y salió al mundo y fue acogido como fue acogido.

Continué escribiendo otros libros y mi carrera siguió desarrollándose. Aprendí mucho sobre el proceso de escribir. Nunca hay una garantía de que le irá bien o mal al proyecto en el que estás trabajando. Todo lo que puedes hacer es ir página a página lo más honestamente posible, trabajar duramente y luego soltarlo. Y después, seguir trabajando. O sea, me encanta el libro y fue un libro muy difícil de escribir.


SCBWI: Mucha gente cree que todo va viento en popa tan pronto como acabas un libro. ¡Gracias por compartir los baches en el camino!

MM: Pues, sí, hay creadores que parece que arrancan y salen disparados a la estratosfera. ¡Sus libros son de película! ¡Tienen ventas enormes! ¡Son bestsellers! ¡La audiencia los adora! Pero así no se desarrolló mi carrera. Mi primera novela está descatalogada. Se publicó. Tuvo un par de buenas reseñas y después no se vendió. No hubo mucho apoyo, luego murió y desapareció.

Con cada novela fuí perfeccionando mis destrezas. Para mí, un punto de inflexión fue el libro álbum Tía Isa quiere un carro (Tía Isa Wants a Car), ya que ganó el premio Ezra Jack Keats. Eso atrajo el interés de bibliotecarios y maestros hacia mi obra. No se puede subestimar el impacto de bibliotecarios y maestros en la creación de libros infantiles.

¡Ese fue el inicio de mi buena racha! Irónicamente, escribí ese libro álbum durante una etapa de frustración con el manuscrito La chica que podía silenciar el viento (The Girl Who Could Silence the Wind), cuando casi no podía sentarme frente a la computadora. Entonces me senté. Me dije «Tengo que limpiar mi paleta y escribir esta otra cosa». Y escribí Tía Isa quiere un carro (Tía Isa Wants a Car). Eso fue lo que funcionó.

Siento que nos hemos acostumbrado tanto a la noción del éxito instantáneo (y seguidores) que hemos olvidado que a veces cada cosa necesita su tiempo.


SCBWI: ¿Cuál ha sido hasta el momento la parte más gratificante de ser la embajadora nacional de literatura infantil y juvenil? ¿Cómo te sentiste cuándo ocurrió? ¿Y qué esperas que resulte de este nombramiento?

MM: Cuando lo recibí primero sentí que era un gran honor. ¡Es algo tan grande! Servir a los niños y niñas de la nación no es cosa menor. 

También se siente como «¡Cielos! ¡La gente sí que conoce mi trabajo! ¡Saben quién soy!». Como creadora, nunca estás completamente segura. Al menos, yo no. Sigo siendo el tipo de escritora al que acude poca gente en un evento de librería. Eso todavía sucede; no ha desaparecido.

Sin embargo, tuve esa inmensa sensación de honor. Y después entendí la responsabilidad que conlleva. Eres responsable ante todos esos niños y niñas. Nuestro país es realmente diverso ––muchas opiniones sobre muchas cuestiones–– y tienes que estar en un espacio mental donde puedas fomentar la lectura, incentivar el diálogo y promover la alfabetización de la mejor manera posible. Y eso es un reto enorme en estos momentos. 

De todas formas, cuento con un gran equipo de prensa en la Biblioteca del Congreso. Recibo mucho apoyo y están pendientes de todo. Se asocian con Cada niño un lector (Every Child A Reader), contactan con mi editor, organizan todos los viajes y se encargan de la burocracia necesaria para que yo llegue a mi destino. Es mucho trabajo pero siento que estoy con gente buena, competente y cariñosa. Lo aprecio de verdad.

Lo mejor es, claro, cuando estás con los niños, niñas y sus familias. Hay tantas experiencias inolvidables para las cuales no estás preparada. Conocí a un niño en Newburgh, Nueva York, increíble y enamoradísimo de los libros. ¡Contó por qué los adora y me convenció para leer todo lo que él había leído! Me dejó impresionada y muy agradecida de haberlo conocido.  

Durante el reciente festival nacional de libros (National Book Festival) un niño me dio las gracias por la serie Merci Suárez. En una sala llena de cientos de personas, un joven simplemente dijo: «Lloré al final de ese libro». Tal auténtica honestidad me resultó muy conmovedora.

Poder ver niños y niñas, especialmente familias latinas. Ser un ejemplo para ellos de lo que es una carrera literaria: creo que nunca olvidaré esa experiencia. Lo agradezco muchísimo. ¡Está pasando volando y será una pena que acabe! Terminaré cansada pero muy, muy triste. 


SCBWI: ¿Qué consejos puedes darle a alguien que está al inicio o a la mitad de su viaje de escribir literatura infantil o juvenil?

MM: Si son socios de la SCBWI, ya lo saben: tienes que encontrar a tu comunidad de creativos. Tener una carrera en cualquier trabajo creativo puede ser algo muy solitario frente a un contexto más amplio. A veces puedes sentirte solo en tu propia familia. ¿Te casaste y eres parte de un grupo de personas muy prácticas con otro tipos de trabajo que no entienden que estás pensando en dragones y cosas como esas? Necesitas dedicar tiempo a crear un espacio personal dónde puedas hablar de estas cosas.

La palabra fundamental es perseverancia. Tienes que perseverar en mejorar tu oficio más que tus redes sociales. Tu arte es esencial. Las redes sociales que te ayudarán a promocionar tu libro llegarán y crecerás en ese mundo. Pero lo que en verdad necesitas es que tu escritura sea sólida. Y se logra siendo capaz de asimilar las sugerencias de edición y entendiendo cuáles trabajar. 

Este es un negocio que puede ser muy duro sobre tu autoestima, el sentido de lo que vales, tus creencias y tu voz creativa. Por eso sugiero desarrollar una comunidad creativa y llegar a la página cada día a corazón abierto. Yo misma tengo que recordar esto todos los días. 

Es difícil. Es difícil para la gente cuando tienes una serie de “fracasos” que no son fracasos verdaderos pero que sientes que sí lo son. Se trata de oportunidades de aprendizaje si es que lo puede aceptar así. Son momentos a los que tienes que regresar para ver qué están mostrando sobre lo que ocurre en tus páginas.


Por Danielle Monique, traducción de Judy Goldman y Malena Fuentes.